Este colectivo nace el año 2013 a partir de la idea de concretar un proyecto en común, donde se vean contrapuestas y complementadas tres miradas a la infancia. 

 

  Más en concreto, Carmen María plantea la infancia desde la miniatura, contraponiendo a Manuel en lo insutrial. Su obra busca crear una tensión entre la creación como energía y fuerza que se da con mayor libertad en la edad infantil, y la industrialización que uniforma las individualidades desponjándolas de su identidad. Para ello elabora miniaturas en plasticina, en que el modelado manual cumple un rol fundamental. Usa grandes planos de color en tonos fuertes, y una construcción del cuerpo que no disimula las imperfecciones técnicas y las torpezas propias de la creación personas. Estas miniaturas conviven con elementos serializados, industrializados, uniformes (tubos de ensayo, peceras etc.) que amenazan consumir su identidad. 

 

  Manuel, a la vez, mira la infancia desde la perspectiva de la nostalgia y del sueño en contraposición con la busqueda del control propio de la adultez. En su obra la evocaccion resplandeciente de la naturaleza y su celebración en la imagen del estanque de vívidos peces de coleres y un agua en constante movimiento y dinamismo, que alberga un barco de papel, que pese a su fragilidad, puede navegar y coexistir. En contraposición, la imagen de un barco destruido de colores mas oscuros, contenidos y tensos que en sucesivos zoom va transformándose en todo el paisaje al mismo tiempo que se difumina hasta desaparecer en un lenguage abstracto. En términos técinos, se busca un flujo y una transformación de una pintura gestual a una pintura hiperrealista que deriva en una composición abstracta. Estas transformaciones están en sintonía con las mutaciones de las imágenes anteriormente descritas.